Pin It

El coaching como desarrollo de la persona

Tras un paseo por la página de TALENTWAVE, teniendo clara la idea de lo que es el coaching (y su diferenciación con la asesoría, la psicoterapia o la dirección espiritual) la primera impresión es que podríamos definir el coaching como un proceso de potenciación de la persona. Lo cual nos obligaría, claro está, a precisar lo que entendemos por “ser persona”.

Se es persona cuando se logra tener autonomía responsable.

No son personas las piezas de una maquina (ni siquiera las piezas humanas de una maquina social), que responden de forma automática a estímulos o a órdenes.

Es persona el que ha asumido radicalmente la realidad angustiante y liberadora de su propia libertad.

No es persona el que obedece a un Código externo que ordena por completo su existencia, el que dispone de un Ser Superior (Padre, Estado, Dios, Naturaleza, Partido, Ideología…) que decide por él y, por consiguiente, asume responsabilidades por él. O al menos no es persona en la medida en que depende de esa instancia suprapersonal.

Es persona quien asume el privilegio de tomar sus propias decisiones, tras reflexionar de forma deliberativa sobre las opiniones solventes que pueda recabar, tras aprovechar los conocimientos y perspectivas que le puedan ayudar a comprender, pero sabiendo que la decisión final es solo y radicalmente suya. Ese es el privilegio y la condena de una persona humana. El privilegio de no tener a nadie por encima a la hora de la verdad y la condena a asumir plenamente las consecuencias de sus actos.

No es persona el que sigue teniendo una dependencia emocional de Otro en quien delega las decisiones más importantes de su vida.

Es persona el que ha alcanzado la independencia de pensamiento y acción que sólo la madurez humana proporciona y ha asumido el vértigo de saber que el privilegio de su libertad le condena a aceptar sin ayuda las consecuencias negativas de sus acciones.

No es persona el que se deja utilizar como instrumento.

Es persona el que sabe, acepta y asume que no hay en el exterior de uno mismo Ley Suprema que pueda dirigir su viaje ni protegerle cuando haya elegido el rumbo equivocado.

No es persona el que no es capaz de empatizar con los demás lo suficiente como para no causarles daños innecesarios, desproporcionados o necios.

Es persona el que sabe ayudarse a sí mismo ayudando a la vez a las demás personas de su entorno.

No es persona el que intenta beneficiarse a sí mismo a costa de los demás y acaba (como fruto de su propia estupidez) perjudicándose tanto a sí mismo como a los demás.

 

José Lázaro

Profesor de Humanidades Médicas, Universidad Autónoma de Madrid. Autor de Vidas y muertes de Luis Martín-Santos (2009) y La violencia de los fanáticos. Un ensayo de novela (2013).

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies