Hoy pocas personas de ambientes culturales, académicos o empresariales ignoran el término o su significado debido al trabajo de Daniel Goleman, investigador y periodista del New York Times, a través de su obra “La Inteligencia Emocional” (1995).
La etimología de la palabra emoción resiste al movimiento. Las emociones son las que nos mueven, nos llevan a entrar en acción. El concepto de Inteligencia Emocional postula ampliar la noción de inteligencia incorporando una serie de habilidades emocionales:
- Conciencia de las propias emociones
- Su manejo (autocontrol)
- Capacidad de automotivación (confianza, curiosidad, intencionalidad)
- Empatía (percibir lo que el otro siente)
- Manejo de las relaciones (capacidad de comunicar y de cooperar)
La Inteligencia Emocional nos permite tomar conciencia, comprender a los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo y fuera de él. También nos permite encontrar nuestra capacidad de trabajo en equipo adoptando una actitud empática y social que nos brinde mayores posibilidades de desarrollo personal y profesional.
Daniel Goleman